¿Cómo nace Malas Palabras? Básicamente, nace con dos ideas que confluyen en el tiempo. Por un lado, después de muchos años de trabajar dentro del IDEP a través de varias líneas de producción, de investigación, de formación política, de educación
Y aquí aparece el segundo de los objetivos. Los trabajadores somos poseedores de saberes, intereses materiales, principios morales y éticos y conceptos ideológicos, a través de los cuales analizamos la sociedad y el mundo en el que vivimos desde una
La idea de que los trabajadores somos poseedores de un pensamiento, y de que tenemos la responsabilidad y el derecho de compartirlo con el conjunto de la sociedad, en la búsqueda de un proyecto común deviene antes aún de nuestro gremio, y en esa tradición es que se ha insertado nuestro gremio. Lo hemos hecho con una decisión y coherencia que trata de ser consecuente. Cuando Martínez de Hoz promovía la consigna de ‘achicar
Hoy existen organizaciones de trabajadores del Estado que se sienten cómodas en el actual Estado. Los que pertenecemos a ATE no nos sentimos cómodos de ninguna manera en este Estado que promueve diferencias o no garantiza igualdades. Sentimos que nuestro proyecto busca salarios dignos, salud garantizada, educación para todos, soberanía como pueblo, trabajadores organizados, como hacia democracia, transparencia, autonomía como nación, y todo eso no se puede concretar si no es el marco de una realización colectiva. Y no vemos que en esa dirección se vaya desde el gobierno.
Germán Abdala decía que los grandes grupos económicos tienen el poder económico, el de las armas, y a través de ese poder instrumentan el Estado en función de sus intereses,
Desde ese punto de vista nosotros sentimos una responsabilidad muy grande en la construcción del pensamiento propio.
Solamente construyendo pensamiento y acción emancipadora desde los trabajadores, es que podrá ser viable la realización de un pueblo soberano y de una nación libre que integre al conjunto del pueblo en una perspectiva de futuro digno. Ahora, esa unión
de pensamiento y acción, sólo será plenamente transformadora si es apropiada por miles y miles de trabajadores.
Malas Palabras tendrá esa función. Ser un altavoz de toda esa producción
silenciosa que realiza el IDEP, y la integración con el resto del pensamiento popular. Porque cuando uno forma dirigentes de un sindicato, forma dirigentes de la sociedad. Hombres y mujeres que se preparan para defender sus intereses, desde las instancias
más pequeñas, hasta las instancias más elevadas de gobernar una Nación. Cuando nosotros creamos el Centro Integral de Educación y Trabajo, como parte de toda esta producción, que ahora también integra al área de comunicación de la que la revista
forma parte importante, dijimos que avanzábamos hacia la construcción de
una Universidad autónoma de los trabajadores, que incluso excedía a una visión provincial, para pensarse como aporte al país todo.
O sea, si los trabajadores con la fuerza de los músculos y con la fuerza de la inteligencia generamos las riquezas, tenemos el derecho y la obligación de decidir también la forma en que sean distribuidas.
Y por lo tanto debemos multiplicar nuestra preparación para poder asumir ese desafío de gobernar nuestra Nación. En esa tarea se inscribe todo lo que se hace en el IDEP y en esa perspectiva se inscribe también la puesta en marcha de este medio.
(Malas Palabras, Nº 1, pág 4)
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