jueves, 2 de septiembre de 2010

Formarse para gobernar, por Hugo Cahorro Godoy, Secretario General de ATE provincia de Buenos Aires y CTA provincia de Buenos Aires

¿Cómo nace Malas Palabras? Básicamente, nace con dos ideas que confluyen en el tiempo. Por un lado, después de muchos años de trabajar dentro del IDEP a través de varias líneas de producción, de investigación, de formación política, de educación popular, de formación profesional, se hacía necesario poder volcar de una manera sistemática, todo ese conocimiento adquirido y generado, esas líneas de pensamiento, enfoques pedagógicos, metodologías de formación política para los cuadros de ATE y la CTA, que veníamos produciendo, pero que no socializábamos. Entendimos que ya era hora de hacerlo para el conjunto de la organización popular bonaerense, pero también para el resto del país. La construcción del pensamiento de los trabajadores, no tiene las fronteras municipales o provinciales. Las excede largamente y hasta corresponde que se entremezcle con los debates del mundo que queremos como sociedad.

Y aquí aparece el segundo de los objetivos. Los trabajadores somos poseedores de saberes, intereses materiales, principios morales y éticos y conceptos ideológicos, a través de los cuales analizamos la sociedad y el mundo en el que vivimos desde una perspectiva particular, propia. Así, desarrollamos una constante tarea de pensamiento y de acción, aspectos que debían encontrarse en un medio de comunicación, que pudiera multiplicarlos. Que pudiera socializar estas prácticas, estos valores, estas líneas de trabajo, tanto para adentro de los trabajadores organizados, como hacia el conjunto de la sociedad. Llegar a ámbitos laborales, educativos, sociales y políticos, para hacer escuchar enfoques, no siempre escuchados, pero con fuerte identidad propia.

La idea de que los trabajadores somos poseedores de un pensamiento, y de que tenemos la responsabilidad y el derecho de compartirlo con el conjunto de la sociedad, en la búsqueda de un proyecto común deviene antes aún de nuestro gremio, y en esa tradición es que se ha insertado nuestro gremio. Lo hemos hecho con una decisión y coherencia que trata de ser consecuente. Cuando Martínez de Hoz promovía la consigna de ‘achicar el Estado para salvar la Nación’, desde los trabajadores del Estado, agrupados en Anusate contestábamos con aquello de ‘fortalecer el Estado, para liberar la Nación’.

Hoy existen organizaciones de trabajadores del Estado que se sienten cómodas en el actual Estado. Los que pertenecemos a ATE no nos sentimos cómodos de ninguna manera en este Estado que promueve diferencias o no garantiza igualdades. Sentimos que nuestro proyecto busca salarios dignos, salud garantizada, educación para todos, soberanía como pueblo, trabajadores organizados, como hacia democracia, transparencia, autonomía como nación, y todo eso no se puede concretar si no es el marco de una realización colectiva. Y no vemos que en esa dirección se vaya desde el gobierno.

Germán Abdala decía que los grandes grupos económicos tienen el poder económico, el de las armas, y a través de ese poder instrumentan el Estado en función de sus intereses, por lo tanto los trabajadores tenemos que tener la capacidad de organizar nuestro pensamiento y nuestras acción para construir un Estado distinto, solidario y democrático al servicio de las mayorías, y no al servicio de las minorías.

Desde ese punto de vista nosotros sentimos una responsabilidad muy grande en la construcción del pensamiento propio.

Solamente construyendo pensamiento y acción emancipadora desde los trabajadores, es que podrá ser viable la realización de un pueblo soberano y de una nación libre que integre al conjunto del pueblo en una perspectiva de futuro digno. Ahora, esa unión

de pensamiento y acción, sólo será plenamente transformadora si es apropiada por miles y miles de trabajadores.

Malas Palabras tendrá esa función. Ser un altavoz de toda esa producción

silenciosa que realiza el IDEP, y la integración con el resto del pensamiento popular. Porque cuando uno forma dirigentes de un sindicato, forma dirigentes de la sociedad. Hombres y mujeres que se preparan para defender sus intereses, desde las instancias

más pequeñas, hasta las instancias más elevadas de gobernar una Nación. Cuando nosotros creamos el Centro Integral de Educación y Trabajo, como parte de toda esta producción, que ahora también integra al área de comunicación de la que la revista

forma parte importante, dijimos que avanzábamos hacia la construcción de

una Universidad autónoma de los trabajadores, que incluso excedía a una visión provincial, para pensarse como aporte al país todo.

O sea, si los trabajadores con la fuerza de los músculos y con la fuerza de la inteligencia generamos las riquezas, tenemos el derecho y la obligación de decidir también la forma en que sean distribuidas.

Y por lo tanto debemos multiplicar nuestra preparación para poder asumir ese desafío de gobernar nuestra Nación. En esa tarea se inscribe todo lo que se hace en el IDEP y en esa perspectiva se inscribe también la puesta en marcha de este medio.


(Malas Palabras, Nº 1, pág 4)


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