miércoles, 14 de abril de 2010

Homenaje a Floreal Ferrara

Con profundo dolor recibimos este fin de semana la noticia del fallecimiento del compañero FLOREAL FERRARA.
Nació en Punta Alta el 7 de junio de 1928. Estudió medicina en La Plata. Militó desde muy joven en agrupaciones universitarias. Según él se hizo peronista después del golpe de estado de 1955. Fue asesor de la CGT en materia sanitaria y de la Obra social de Ferroviarios. Varias veces consultor de la Oficina Panamericana para la Salud, y autor de casi 300 trabajos publicados sobre sanitarismo y cinco libros sobre esa especialidad.
Dos veces Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires. En ambos casos debió abandonar el cargo por la fuerte reacción de algunos laboratorios, y de muchos de sus colegas que veían afectados sus privilegios corporativos y por la reacción conservadora. Fundador del MOVIMIENTO NACIONAL POR UN SISTEMA INTEGRADO DE SALUD. Discípulo confeso, admirador y proseguidor del pensamiento y la visión de RAMÓN CARRILLO, en los ámbitos académico y político. La Legislatura de la Ciudad lo declaró Ciudadano Iluste en Diciembre pasado y comenzó diciendo "… Hermanos, compañeros, recibo este halago en nombre de Ramón Carrillo, de los 30.000 desaparecidos y de! los trabajadores de la salud que fueron capaces de salvar el hospital público y los centros de salud fundados por Ramón Carrillo”
Tipo sencillo, llano, atento. Claro y contundente como pocos. Maestro de casi todos nosotros. Referencia ética e intelectual obligada de quienes visualizamos las cuestiones de la salud y la enfermedad de las personas directamente vinculadas con la trama social y productiva de un país.
Decía cosas como “…la Salud es un asunto ético y político. Una dimensión esencial de la vida social y del orden político…” O “… No hay revolución asistencial, ni tampoco solución integral por el perfeccionamiento del sistema sanitario, o triunfo sobre la enfermedad por la optimización de la asistencia médica. Todas estas terapias apuntan a un enemigo que no existe o cuando mucho, a una sola y pequeña parte del enemigo. Esa no es la batalla fundamental. En realidad el enemigo está más allá, es mas grande, mucho más abarcativo y por ende más complejo, más difícil, mucho más enemigo. Se agranda así y se complejiza claramente la realidad problemática a la que es necesario enfrentar. Esta ampliación del objeto, este desaforado crecimiento del enemigo nos hace comprender, tomar clara conciencia de las razones de tantos fracasos, del por qué de tanta muerte y enfermedad, postración y malestar. El punto céntrico se ha trasladado del microbio a la sociedad; de la modificación patológica del mecanismo celular, al entendimiento de las fuerzas y relaciones sociales; de las alteraciones íntimas del protoplasma, núcleos, cromosomas, membranas, nucleolosa las relaciones de producción. Este es el cambio, rechazar el fetichismo del síntoma, de la enfermedad, para comprender la causalidad estructural que lo genera.(...). Por eso hoy la medicina y su práctica en la Atención de la Salud, en la Epidemiología resulta una ciencia socio-política, enraizada en la historia del hombre y sus grupos sociales, abarcando el análisis concreto de las relaciones de producción que determinan las situaciones sociales, políticas, económicas, jurídicas, religiosas, culturales, que atentan o deterioran las posibilidades del bienestar de la población…”
Pero era teoría y práctica. Con motivo de un reciente homenaje que el Congreso de la Nación le realizo en agosto del año pasado, contó “…“Pertenezco a un movimiento que es el hecho maldito del país burgués… Una vez, en nombre de ese movimiento, asumí un ministerio. El mismo día que inicio mis tareas, me pide una audiencia un general que viene acompañado por una representante de la Embajada de los Estados Unidos. Me entrega un expediente y me explica que quiere tener el honor de que sea el primero que yo firme. También me dice que, en mi escritorio, me ha dejado un sobre. Miro el asunto y le digo que sí, que con mucho gusto lo voy a firmar. Y, antes de mi firma, escribo: “El que firme este expediente no sólo es un traidor a la patria sino también un hijo de mil putas”. (Aplausos) Le devuelvo el expediente y le tiro el sobre sin abrir por la cabeza.
Al rato, me llama un comandante en jefe y me reclama por qué he rechazado un pedido de un general de la nación. Le contesté que yo sólo he rechazado el pedido de un delincuente. También recibo otro llamado con el mismo reclamo de un alto funcionario de esa embajada y mi respuesta fue idéntica.
Más tarde, se comunica el Gobernador, quien también acababa de asumir:
–¿Qué ha hecho, Ministro?–.
Le empiezo a relatar y me interrumpe: –No, no, no me explique nada. Ya me imagino… Quiero felicitarlo. Ministros como usted son los funcionarios que yo necesito y que el país exige. Así hay que proceder…–.Ese Gobernador era el Dr. Oscar Bidegain. Tuve el honor de acompañar a ese gran Gobernador de la Provincia de Buenos Aires e integrar un gabinete de compañeros dignos que sólo pensaban en las necesidades del pueblo…”
Te vamos a extrañar viejo maestro y compañero. Buen viaje y hasta la victoria siempre..!

Daniel Godoy
IDEP/ ATE Buenos Aires